Mariano Rajoy y el Partido Popular han inundado España de corrupción sobre todo por su permisividad y amparo.

Los Socialistas que nunca lo fueron y Rajoy

Si todo está mal, todo debería ser cambiado, poner líneas rojas para evitar el cambio es hacer lo que siempre hizo el Partido Popular, poner excusas para que solo unos pocos, los de siempre, continúen enriqueciéndose gracias al trabajo de todos.

El presidente en funciones Mariano Rajoy nunca puso lineas rojas a la hora de abaratar el despido, implantar salarios basura, desahuciar a sus conciudadanos, llenar el gobierno de imputados o rescatar a la estafadora Bankia.

La pasada Nochebuena, en La Moncloa, Mariano Rajoy comunicó a sus más íntimos llegados desde Galicia, que sería la última Navidad que pasaría en el Palacio, hasta su suegra lloró al recibir la noticia.

Cuando Rajoy y el Partido Popular habían asumido la pérdida de la presidencia y el gobierno, algunos barones del PSOE, confusos ante la incertidumbre de una jubilación sin puesto de consejero en alguna multinacional, han hecho piña con Ciudadanos y PP para que nada cambie en el país de la corrupción.

Angela Merkel, las empresas del IBEX35, los banqueros y los evasores fiscales de la lista Falciani, son los que hasta ahora nos han estado gobernando y ninguneando.

Y son precisamente estos mismos elementos antidemocráticos los que proponen un gobierno tripartito Partido Popular-PSOE-Ciudadanos, un gobierno que marque las líneas rojas que protegen los intereses de los que no necesitan que les protejan de nada.

El tripartito no aporta nada distinto a lo que hay, y lo que hay no funciona aunque Mariano Rajoy diga lo contrario. Él inundó España de corrupción sobre todo por su permisividad y amparo. Y si no se lo creen pregunten a Rodrigo Rato, a  Miguel Blesa o a la familia Pujol, dónde han pasado las vacaciones de navidad.

Muchos electores votaron al PSOE porque pensaron que Pedro Sánchez se había vuelto de izquierdas cuando llamó indecente a Rajoy. Pero los barones del partido socialista han dejado claro que eso del estado federal prometido, es sólo propaganda electoral, que podrán incumplir igual que hicieron siempre.

Que Susana Díaz prefiera a Albert Rivera de presidente en lugar de Pedro Sánchez es una bofetada a todo el electorado socialista y motivo sobrado para que Susana Díaz sea expulsada del partido, pero eso sólo podría ocurrir si la dirección del PSOE comprendiese lo que significa la palabra socialista.

¿Cuántos favores deberá el PSOE a la banca, para que defienda los derechos de los poderosos por encima de los derechos de los trabajadores? ¿Cuantas Consejerías de multinacionales perderían los dirigentes del PSOE, si no apoyan las políticas que el IBEX35 les marca?.  ¿Qué va a cambiar el PSOE si gobierna con el ilegalmente financiado Partido Popular y su partido clonado Ciudadanos?.
¿Qué les hemos hecho los trabajadores asalariados, los desempleados y los jubilados a los Socialistas para que nos traten de imbéciles?

Si Susana Díaz estuviese desahuciada, sin trabajo y sin pensión, entendería cuáles son los problemas que tienen sus conciudadanos.

El Partido Socialista nunca será socialista mientras existan elementos como los presidentes autonómicos Susana Díaz o García Page, esgrimiendo sus líneas rojas para evitar un gobierno con el resto de partidos y posibilitar, quizá con la abstención, otra legislatura de Rajoy, para que todo siga igual.

Si Susana Díaz estubiese desahuciada, sin trabajo y sin pensión, entendería cuales son los problemas que tienen sus conciudadanos.

Deje su comentario

Publicar como Invitado

0
Su comentario sera publicado cuando sea revisado y aprobado por el moderador

Personas en esta conversacion

  • Invitado - El Chanturrón

    No me puedo ni de creer lo que leo me saca de las costillas, estoy hasta el gorro de los políticos y sus mentiras, pero me he reido un buen rato los ponéis a caldo de zurrullo. Gracias por hacer que pase buenos ratos de risa.

    de Soria, Soria, Spain